Fallece P. Hugo Saldaño, salesiano y formador de jóvenes a través de la música

Durante la mañana de hoy, martes 20 de mayo, falleció el P. Hugo Saldaño en la Casa de Salud de la comunidad salesiana de Macul, a los 90 años de edad, 73 de vida religiosa y 63 de sacerdocio.

El P. Hugo, quien conoció el carisma de Don Bosco como estudiante del Liceo Juan Bosco (hoy Salesianos Alameda), dedicó su vida al servicio de Dios y jóvenes, especialmente a través de su gran pasión: la música y bandas instrumentales escolares.

Durante sus más de seis décadas de vida religiosa y sacerdotal, el P. Hugo entregó su vida en diversas comunidades. Prestó servicios en las comunidades salesianas de Talca, Macul, Valparaíso, Concepción, Iquique, La Serena y Salesianos Alameda.

Desempeñó diversos servicios como catequista, formador, vicario, director, secretario académico y, de manera muy especial, como encargado de santuario en Concepción y La Serena. Su labor como director y acompañante de bandas instrumentales escolares dejó una huella imborrable, formando verdaderas escuelas de vida para innumerables jóvenes.

Su misa de exequias se realizará mañana miércoles 21 mayo al mediodía en el Templo Sagrada Familia de Macul, ubicado en Av. Macul 5950. Su funeral se realizará en Cementerio Católico, ubicado en Calle Arzobispo Valdivieso 555, Recoleta, a las 14:00 hrs

Datos biográficos

Hugo Alberto Saldaño Mella nació el 5 de octubre de 1934 en Santiago. Sus padres fueron Lucas Saldaño y Elsa Mella.

Realizó su noviciado en Santa Filomena, Jahuel, en 1950. Realizó su primera profesión religiosa el 31 de enero de 1952. Realizó su profesión perpetua el 29 de enero de 1957 en Santiago.

Fue ordenado diácono el 27 de mayo de 1961 por Mons. Emilio Tagle Covarrubias. Recibió el sacerdocio el 7 de octubre de 1961, en el Templo Nacional San Juan Bosco, en La Cisterna, por la imposición de manos del entonces Arzobispo de Santiago, Cardenal Raúl Silva Henríquez.

El testimonio del P. Hugo Saldaño es el de un salesiano fiel, alegre y profundamente espiritual, que hizo de su vida un don para Dios y para los demás. Su pasión por la música, su paciencia como educador y su espíritu fraterno lo convirtieron en un verdadero testigo del amor de Dios entre los jóvenes.

Que su vida siga inspirando nuevas vocaciones y que su recuerdo permanezca vivo en la memoria agradecida de la Familia Salesiana.

FUENTE: Comunicaciones Salesianos Chile

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