El área de pastoral del Liceo Salesiano Monseñor Fagnano de Puerto Natales desarrolla una nueva edición de las Colonias “Villa Feliz” de invierno, dirigidas a niños y niñas de entre 5 y 10 años. Este espacio gratuito, inspirado en el carisma de Don Bosco, ofrece jornadas completas de formación integral, alegría y vida compartida, desde el 30 de junio hasta el 4 de julio.
Durante la semana, 160 colonos disfrutan de múltiples actividades que fortalecen la dimensión espiritual, social y lúdica: momentos de oración y evangelización, competencias entre alianzas, dinámicas grupales, talleres, juegos recreativos, tarde de cine, disfraces, cantos, representaciones y espacios para compartir desayunos, almuerzos y onces.
Para esta ocasión, colaboran 50 jóvenes monitores, quienes recibieron una formación previa durante un mes, bajo la guía del coordinador de monitores Julio Mancilla, con el acompañamiento y liderazgo del Área Pastoral.
Esta valiosa experiencia comunitaria se enriquece gracias al compromiso de diversas personas y grupos que aportan generosamente su tiempo y recursos. La alimentación ha sido posible gracias al apoyo de JUNAEB y aporte de la Comunidad Mamá Margarita, recientemente conformada por apoderadas del liceo, así como del Grupo de Acción Social de la Parroquia de Puerto Natales y los Salesianos Cooperadores.
Cabe destacar que algunos de los Salesianos Cooperadores que hoy colaboran, fueron parte del grupo pionero que dio vida a las primeras colonias en Puerto Natales. También se ha contado con la participación activa de los delegados pastorales de apoderados, quienes se han sumado gracias a la coordinación realizada por Animación Familiar, y apoyado por el Área Pastoral, fortaleciendo el vínculo entre familia y comunidad educativa.
Las Colonias “Villa Feliz”, que hoy cuenta con alrededor de 210 participantes, son una expresión concreta del sueño de Don Bosco: crear espacios donde los niños se sientan amados, crezcan en valores y vivan con alegría. Cada jornada es una fiesta del espíritu salesiano, donde el juego, el servicio y la fe se entrelazan para seguir construyendo una casa que acoge, una escuela que educa, una parroquia que evangeliza y un patio donde encontrarse como amigos.